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Blog/El Napoli logra el Scudetto tras 33 años en el dique seco
Diego Armando Maradona volvió a cumplir un sueño desde las alturas. Tras la consecución del campeonato del mundo de Argentina, el Nápoles, unos meses después, logra levantar el tercer Calcio de su historia. La ciudad napolitana está de celebración y nosotros te presentamos las claves del éxito del campeón.
Un club estancado durante 33 años ha regresado. Para los más nostálgicos, la victoria de ayer es un triunfo para el deporte de la pelota. El mítico SC Napoli, equipo de la leyenda de las leyendas, Diego Armando Maradona, vuelve a la senda del triunfo tras tres décadas donde los problemas y las crisis abundaron, incluso se puso en duda su existencia. En 2004, el rumbo del club cambió y Aurelio De Laurentiis fue el rescatador de una camiseta que estuvo a punto de ser guardada en el baúl de los recuerdos.
Uno de los pilares determinantes de un equipo es el entrenador. A sus 64 años, el técnico italiano ha logrado sacar lo mejor de sus jugadores. Sobre todo de las grandes estrellas de este equipo. Kvaratskhelia y Osimhem han llevado en voladas al conjunto napolitano obteniendo un rendimiento al alcance de muy pocos.
El desequilibrador y el goleador. Los dueños del balón en Nápoles. Los dos jugadores que más goles han aportado y más desequilibrio e imprevisibilidad han generado. Todos se merecen este Scudetto pero una parte de la consecución de este título debemos atribuirsela a estas dos estrellas.
El éxito del Nápoles empieza por una defensa de muchos quilates, desde un portero, Meret, que estuvo a punto de marcharse del club al pasado verano y ahora es uno de los pilares, hasta jugadores que han hecho una temporada tan estelar como el lateral italiano Di Lorenzo y el central surcoreano Kim.
Dejaron el Nápoles Lorenzo Insigne, Kalidou Koulibaly, Dries Mertens, Fabián Ruiz o David Ospina, pero el club napolitano supo acertar en el mercado de fichajes con los Kvaraskhelia, Kim Min-Jae, Zambo Anguissa, Giacomo Raspadori, Mathías Olivera o Giovanni Simeone.
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