Lo impensado para Aguirre y su Mallorca

Whiskito antes de dormir y a soñar con el 6 de abril tuvo que pensar ayer Javier Aguirre cuando su Mallorca se cargó en la tanda de penaltis a la Real de Imanol. Anoeta fue testigo del tesón de un equipo que no dejó de defender, ni de creer. Sergi Darder puso la guinda al pastel de celebración. Al ex del Espanyol, que no es titular en Mallorca, no le tembló la pierna para redondear una tanda en la que Dominik Greif, su portero de 26 años, fue el jugador que sostuvo y frenó en todo momento la ofensiva donostiarra. 

En Palma rugieron las voces de los transistores locales cuando se confirmó la noticia. El Mallorca volverá 21 años después a jugar una final por la Copa del Rey. Sevilla ya espera a su primer clasificado y desde el club bermellón afirman que todo será posible de cara a este partido histórico. No conoce todavía rival: Athletic o Atlético de Madrid. Todo se decidirá en el Nuevo San Mamés este mismo jueves. 

En una temporada en la que no acaban de salir las cosas en Liga (a seis puntos por encima del descenso), los pupilos de Aguirre dieron un carpetazo encima de la mesa y estarán en la Supercopa de España del próximo año. "No éramos favoritos, cuando hay ocho o diez equipos que pueden llegar y no tú... Había mucho que ganar y poco que perder"; afirmaba “Vasco” Aguirre al término del encuentro.

Agresivo y valiente presionando la salida de balón de la Real. Así se presentó el Mallorca, tapando los espacios del centro del campo del rival y muy sólido cuando los de Imanol se acercaban a la portería de Greif, que paró dos penaltis: a Brais en el partido y a Oyarzabal en la tanda. Dani Rodriguez y Antonio Sánchez siguen en un estado sensacional dentro de un equipo que es especialista en hacer daño a rivales de mayor entidad. Todos sabemos que su juego ofensivo no es del todo atractivo, pero la resistencia bermellona dio rédito a un equipo que ya espera rival en la finalísima de La Cartuja.