Fake news: “el campo de césped artificial desaparecerá”

Un revuelo generalizado se ha producido durante estos días en las redes sociales y en los medios de comunicación. La interpretación de que la Comisión Europa había establecido un tiempo máximo de 8 años para que los campos de césped artificial dejaran de existir ha sido desmentida por quiénes han sabido entender la normativa de la Unión Europea. El objetivo de la Unión no es otro que reducir los vertidos al medio ambiente, que se estipula que se han expulsado aproximadamente medio millón de toneladas de microplásticos al entorno.

La norma no ha entrado en vigor, pero sus bases son más claras de lo que parece: “No se va a poder comercializar el caucho menor de 5 mm a partir de octubre de 2031” y “Los campos existentes no hay que cambiarlos. Van a seguir funcionando, pero lo que hay que hacer es buscar nuevas alternativas”. Hasta entonces era el caucho el material permitido, pero jamás nos hemos formulado la pregunta de por qué se utiliza para componer el verde de la modalidad artificial. Son tres los motivos: es el más barato, resiste las inclemencias metereológicas y no tiene necesidades de ser cuidado, su tiempo de jugabilidad es superior y cumple con los requisitos de los máximos organismos del fútbol.

La Unión apela a la búsqueda de nuevas alternativas que eviten en 2031 la continua expulsión de residuos plásticos a un planeta que ya se encuentra de por sí en una delicada situación climática. Entre ellas, se encuentra el uso de los siguientes materiales:

• El corcho se presenta como una de las opciones, aunque tiene grandes desventajas frente al caucho como puede ser escasa durabilidad.
• Los huesos de aceitunas, el coco, maderas y materiales naturales también podrían ser una opción, pero el mismo problema asoma a la puerta: la degradación vertiginosa de los mismos es el escollo principal que encuentran esos compuestos.
• El caucho en bolitas de más de 5 mm es otra posibilidad que se baraja.

La carrera por encontrar el compuesto que forme parte del césped artificial del futuro ha comenzado. Y ahora desde el sector de botas de fútbol, nos preguntamos, ¿continuaremos viendo la fabricación de botas con suela tipo AG por parte de las grandes marcas o, por el contrario, se buscará un nuevo tipo de suela que proporcione tracción y agarre a la nueva superficie? Estas cuestiones todavía son una incógnita. Los próximos años lo dirán.